DIARIO DE CÁDIZ, 10/08/2005

 

"La 'Salve Marinera' llegó a ser mi mantra en Bruselas"
Tras su notable 'Atún y chocolate', el guitarrista de Barbate prepara un nuevo disco sobre estándares de la música a escala internacional

.J.TÉLLEZ
Cádiz.

MÚSICA SIN 'SHOW-BUSINESS'. Nono García (en la foto con Tito Alcedo) insiste en que la creación artística no tiene demasiado que ver con la industria.

Después de su exitoso Atún y chocolate , Nono García (Barbate, 1959) prepara un nuevo discoque tal vez se titule La canción universal : "Bueno, son standards traducidos al castellano. Quizá también podría titularse algo así como Una canción para todo el mundo . Hay canciones de todas las procedencias posibles. Lo mismo canto El molino de mi amor, que es un tema extraído de una película, como clásicos del jazz como Caravan . Y canciones sudamericanas del tipo de Te Recuerdo Amanda , o Alfonsina y el mar . Es como veo yo el mundo, o mejor dicho, como se ve el mundo a través de los ojos de un ibérico".
En su repertorio actual, Nono García incluye incluso una versión jazzística de algo tan gaditano como La Salve Marinera : "La Salve llegó a ser mi mantra en mi época en Bruselas. Era una melodía muy bonita que me proporcionaba placer tocarla".

A pesar de haber nacido en Barbate, a veces aparece citado como granadino, en algún que otro medio de comunicación: "Yo empecé mi carrera musical en Granada. Abandoné la universidad, donde había ido a estudiar Filosofía pura, para dedicarme a la música. Carlos Cano me empujó a hacerlo. Pero sigo siendo de Cádiz. El cruce Cádiz-Granada es muy fuerte, en lo que a la música de refiere. Empezando por Falla, por ejemplo. Y por el propio Carlos, en parte".

En Granada y siendo casi un niño, Nono formó filas en el Manifiesto Canción del Sur, acompañando a Carlos, al legendario Antonio Mata, a Enrique Moratalla o a la sefardí Aurora Moreno: "Hace poco ha salido un libro sobre todo aquello, pero no aparezco. Granada me marcó mucho pero luego me fui a Madrid en la época de la movida, en los años 80. Y después me fui a Bruselas, donde conocí a la madre de mi hija y donde me abrí a otro tipo de música".

En Granada, también había coqueteado con el jazz-rock de La Banda del Tío Paco, llegando a componer las partituras de varias obras teatrales. En Madrid, lo mismo acompañaba a aquella mítica cantautora llamada Elisa Serna –recuérdese, por ejemplo, su disco Brasa Viva –, o con la banda Candela y diversas formaciones jazzísticas: "Candela era la banda de Ramón Leal, que hacían música latina pero con guitarra y violín. Pero lo más interesante surgió en Bruselas, allí trabajé con gente de música africana y de diferentes países, de música brasileña. Creamos Cheiro de Choro, que podría traducirse como Aroma de Choro. Fruto de aquella experiencia, fue el disco Choriños , pero también en la capital belga creó su propio grupo, la Nono García Belgian Band: "Con la banda, hicimos en el 87 Jazz entre Amigos. Por ahí, desfiló Tito Alcedo, durante la primera gira, o Antonio Toledo, con la friolera de ochocientos conciertos. En Bruselas, había mucha movida musical".

De hecho, allí llegó a colaborar con el primer disco y las giras mundiales del exitoso grupo Vaya Con Dios. Actuó con músicos tan diversos como Emilio Maya o el Grupo Faena y creó su propio trío, junto a Cris Joris y François Garny, llegando a grabar un disco en 1992: "A Chano Domínguez, lo integré en mi grupo". A partir de la incorporación del célebre pianista gaditano, aquello pasó a llamarse Cádiz Experience y ya era un cuarteto: "Cuando volví a España vine como guitarrista de Chano y, entonces, me contrató Martirio", refiere. Fue hacia 1996 y se instaló en Madrid, como profesor de la Escuela de Música Creativa. Rehizo su trío, ahora con Javier Colina y Guillermo McGuill. Pero siguió explorando otros ámbitos, como el Flamenco Jazz con el que coqueteó junto a la cantaora Eva Durán La Piñones , o la canción en modalidades tan diversas como las que puedan derivarse de Javier Ruibal, Manteca, Gema y Pavel, Las Hijas del Sol, Isabel Pantoja, o Azúcar Moreno, entre muchos otros.

"Siempre he estado muy ligado a la canción en todas las formas. En cualquier caso, me quedo con lo clásico, con los boleros. Hay formatos de canción que son internacionales y están por encima de las lenguas. No tiene que ver con el pop. Hay muchas coincidencias entre el son cubano o un choro, sin ir más lejos. Yo creo que todos derivan de la polka europea y de donde vienen los instrumentos hasta la América Atlántica. Quizá la cosa viene por ahí".

A esta orilla, Cádiz se convierte en una especie de criadero de buenos músicos de jazz: "Ahora mismo, lo que se percibe en Cádiz es un olor a sardinas inconfundible. Quizá sea la actitud bullanguera y simpática de los gaditanos la que provoque ese acercamiento a la música". Una vez instalado en España, su corazón volvió al sur, con un disco que enarbolaba toda una bandera barbateña. Lo tituló Atún y chocolate , como la película que Pablo Carbonell dirigiría luego y cuya música también lleva su firma: " Atún y Chocolate ha sido el mayor paso que he podido dar en España desde que llegué. Y que me ha servido para unirme a unos músicos y seguir con mi carrera".

Nono García compuso y dirigió musicalmente el espectáculo David Morales, Abraçados , que el bailaor David Morales estrenó recientemente en el Festival de Jimena: "La música brasileña va unida al flamenco porque es donde la guitarra española adquiere una gran parte de valor –arguye–. Ahí mandan las armonías y ciertos conceptos. Yo he escogido el repertorio para el proyecto de David, sobre temas de Jobim, que es el exponente máximo de ese tipo de entendimiento entre las raíces y la música más culta".El viejo estudiante de Filosofía tal vez conciba la música como una forma de pensamiento: "Como carrera la Filosofía no tiene nada que ver con la música, pero por supuesto lo importante es la densidad de la persona".

En tiempos como los que corren, Nono García ha cruzado arenas musicales harto movedizas. Un territorio en donde la fusión, según los puristas, termina convirtiéndose en confusión: "Sobre ese tema no hay mucho que decir, simplemente que la música funciona por sí misma y no necesita de muchos comentarios. Realmente la pureza tiene que ser el sustrato de todo lo que se haga".

Claro que, a tales alturas del partido, habrá que ver qué es la pureza: "La pureza es la claridad de la forma musical, en este caso –espeta como si lo llevara intuyendo desde hace mucho–. Sobre todo, porque la canción viene ligada a la forma de expresarse. La canción son versos. Una palabra invisible que une a todas las lenguas del mundo".

A tales extremos y a tenor de su discurso, resultaría que la palabra y la música fuesen lo mismo: "Yo creo que si, en mi caso es lo que me gusta, lo que amo".

Si esa es su conclusión, habría que preguntarle no sólo qué discos escucha sino qué libros lee: "La verdad –confiesa– es que no leo mucho últimamente. Pero sí escucho mucha música clásica, jazz, cante jondo, artistas antiguos. Y la música que está tocada con pulso".

Nada mitómano, Nono García parece ir a contracorriente incluso de su propia historia. Así, minimiza los años de la movida madrileña, en los que de alguna forma participó: "La movida de Madrid fue un invento. Ya lo decía Miguel Ríos, aquello de que el neón rosa se hace el amo de las cosas. Aquella letra suya tenía que ver con aquello. La industria, a menudo, no tiene nada que ver con el arte. El montaje, el showbusiness no tiene que ver con los músicos, sus mundos transcurren de forma diferente".

En el castillo de Tarifa invitó de nuevo al bailaor linense David Morales a acompañarle. Todo vale. O, mejor dicho, no todo vale. Él tiene meridianamente claro por donde quiere que vaya su carrera a partir de ahora: "Por un atún y chocolate más universal. Por esos derroteros de la música concebida como una palabra común y mundial".